Anteriormente, en «¿Los primeros pasos del próximo conflicto en el norte de Mali?«, vimos que la retirada de los cascos azules de la fuerza multinacional MINUSMA, garante de la paz entre el gobierno y los separatistas tuareg, creaba un vacío de poder. Tanto los militares del ejército maliense como los grupos armados tuareg intentaban tomar las bases abandonadas por la MINUSMA y se produjeron los primeros enfrentamientos armados. Desde entonces hemos visto en Mali el asalto a campamentos militares por parte de fuerzas tuareg y grupos yihadistas, con la captura de material del ejército, además de la pérdida de varios aparatos de la fuerza aérea: un Sujoi Su-25, dos Aero L-39C y un Mil Mi-8T.
El primer aparato perdido este mes por la fuerza aérea de Mali fue un helicóptero de transporte Mil Mi-8T. La confirmación llegó a través de un comunicado del Frente de Apoyo al Islam y los Musulmanes, la franquicia saheliana de Al Qaeda más conocida por las siglas de su nombre en árabe (JNIM). El comunicado mencionaba combates el 8 de septiembre entre Tountouroubala y Gawantou, en la región de Segú. A pesar de su estado, el color característico del aparato permitió identificarlo como el helicóptero Mi-8T matrícula TZ-99H que fue presentado al público en agosto de 2022 en Bamako.
El 9 de septiembre se produjo la pérdida del avión de combate Sujoi Su-25. Se trata del segundo aparato de este tipo recibido por Mali procedente de Rusia. El primero, con matrícula TZ-20C, se perdió en un accidente el 20 de octubre de 2022 en la aproximación al aeropuerto de Gao, provocando el cierre del aeropuerto y el desvío del tráfico aéreo.
El impacto del avión contra el suelo mató a un militar e hirió a otros ocho militares y un civil, según informó entonces el portal de noticias defenceWeb. El avión había sido presentado en una ceremonia el 9 de agosto de 2022 junto con cuatro entrenadores Aero L-39C, un helicóptero Mil Mi-24P y un helicóptero de transporte Mil Mi-8T. Posteriormente, la fuerza aérea de Mali recibió un segundo Sujoi Su-25, que recibió la matrícula TZ-25C y fue presentado al público el 19 de enero de 2023. Hicimos un repaso de las aeronaves militares recibidas por Mali desde Rusia en «Un nuevo socio estratégico: la fuerza aérea de Mali y el material recibido de Rusia«.
El segundo Su-25 perdido se estrelló cerca camino de Gao, a la vuelta de una misión de ataque a tierra contra fuerzas tuareg de la Coordinadora de Movimientos de Azawad en Almoustrate el día 10 de septiembre. Según los rebeldes, el avión fue derribado. Mientras que la versión de las autoridades malienses es que el avión se perdió por causas técnicas y mal tiempo.
Aparentemente, el piloto del Su-25 estrellado fue capaz de emplear el asiento eyectable y salvar la vida. Entre los restos del aparato se encontró el asiento, sin que hubiera noticias de que el piloto hubiera caído prisionero o fuera encontrado muerto.
Se da la circunstancia de que ninguno de los dos Sujoi Su-25 recibidos por Mali ha cumplido un año de servicio en la fuerza aérea del país. Lo que podría validar los rumores de que existía quejas en Mali por el estado y operatividad del material recibido de Rusia. En un vídeo grabado por un civil maliense de los restos del aparato se oye el comentario “este neumático es demasiado viejo”, en referencia a una de las ruedas del tren de aterrizaje.
La confirmación de la pérdida de un segundo avión militar llegó el día 17 de septiembre mientras el ejército y los rebeldes tuareg combatían en la localidad de Léré. El cráter en el suelo hace pensar en una pérdida de control y caída en picado a gran velocidad. Sin embargo, el estado de los restos no permite identificar el aparato. Posiblemente se trate de un Aero L-39C, el único modelo de avión de combate a reacción que queda en servicio en Mali.
Finalmente, las noticias de una nueva aeronave perdida por la fuerza aérea de Mali llegaron el día 17. Las imágenes mostraban un Aero L-39C con matrícula TZ-14C tras realizar un aterrizaje de emergencia que había provocado considerables daños al ala izquierda. Sin embargo, parece que el piloto pudo sobrevivió al aterrizaje y habría caído prisionero. El TZ-14C fue uno de los aparatos presentados al público en agosto de 2022 y parece que participaba en las operaciones militares en Léré.
El balance provisional es de tres aviones y un helicóptero en el transcurso de diez días de operaciones militares de las fuerzas armadas de Mali en el centro y el norte del país. Es difícil discernir en cada caso si se trató de un mero accidente por problemas del estado del material o la falta de formación adecuada del personal, o se trató de derribos logrados por las fuerzas separatistas y yihadistas. En cualquier caso esta tasa de pérdidas de aeronaves no es sostenible y genera serias dudas sobre el estado del material y la formación de las tripulaciones. Recordemos que estos cuatro aparatos no son los primeros que Mali pierde este año. El 22 de abril se perdió en accidente, en el que fallecieron sus tres tripulantes, un helicóptero de ataque Mil Mi-24D. Véase «Accidente de helicóptero de combate de la fuerza aérea de Mali».
Asistimos ya a escenas de guerra abierta en el norte de Mali que se suman a los ataques yihadistas en el centro del país, de los que habrá que hablar en otra ocasión. Y en esos enfrentamientos llama la atención la pérdida de material militar, como los vehículos a prueba de minas NORINCO VP11, que llegaron este año a Mali. La pérdida del material más avanzado y más moderno tiene que sentirse en un país con recursos limitados y enfrentado a desafíos tan importantes.