Hace un año se creó la Alianza de Estados del Sahel. Hoy, la organización ha avanzado hasta convertirse en una confederación. Los rápidos progresos alcanzados y los cambios en las dinámicas que ha generado reflejan el profundo proceso de transformación que ha experimentado la región. Las juntas militares del Sahel han logrado un proceso de integración considerablemente rápido y esperan que éste se intensifique en los próximos meses. Uno de los factores determinantes es que comparten características similares, ya que enfrentan desafíos como la inseguridad, la falta de desarrollo económico y la inestabilidad política, y tienen una visión común de cómo abordar estos problemas.
Las juntas militares de Mali, Níger y Burkina Faso han creado un frente común, lo que ha dificultado la aplicación de tácticas de presión por parte de actores externos. Un caso especialmente visible ha sido el de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que, en su política de tolerancia cero hacia los golpes de Estado, impuso sanciones y llegó a amenazar con una intervención. Las juntas militares de Mali y Burkina Faso respondieron auxiliando a Níger tanto económica como militarmente, e incluyeron en la carta fundacional de la organización la posibilidad de auxiliar a cualquiera de los miembros si es atacado. Actualmente, existe una situación de tensión entre ambos bloques, ya que la alianza acusa directamente a la CEDEAO de haber roto los valores de solidaridad y hermandad entre los estados de la región. Sin embargo, ambos saben que esta situación no es sostenible debido a las amenazas comunes que enfrentan diversos países. Por ello, se ha designado al presidente senegalés Diomaye Faye como mediador, una tarea compleja debido a las posiciones diametralmente opuestas. Al mismo tiempo, los países de la AES se han retirado de organizaciones internacionales como la propia CEDEAO, de la cual estaban suspendidos, y también de la alianza militar G5 Sahel, lo que provocó su disolución, ya que solo quedaron Mauritania y Chad.
Uno de los temas que más ha llamado la atención de las juntas militares y de la Alianza de Estados del Sahel son los cambios en las alianzas que han tenido lugar. Uno de los puntos clave de la narrativa seguida por estos estados ha sido su rechazo a la presencia occidental en sus territorios, lo que ha afectado a países y organizaciones como Francia, Estados Unidos, la Unión Europea y Naciones Unidas. Este rechazo se ha manifestado de diversas maneras, como la finalización de cooperación en materia de seguridad, la expulsión de embajadores y la suspensión de medios de comunicación. La región del Sahel se ha convertido en un territorio estratégico en la competición entre potencias a escala mundial. El vacío dejado por los antiguos aliados fue rápidamente ocupado por Rusia, principalmente, pero también por potencias medianas como Turquía, Hungría y Emiratos Árabes Unidos, entre otros. La creación de la Alianza de Estados del Sahel ha sido enormemente ventajosa para Rusia, que, aunque no ha dado un apoyo formal en la creación y gestión de la misma, se puede percibir su ayuda en los viajes de altos mandos de Moscú. El hecho de que ahora los intereses de las juntas militares estén considerablemente alineados y haya una organización regional facilita la consecución de acuerdos entre el Kremlin y los gobiernos del Sahel. El aumento de la presencia rusa en el Sahel comenzó en Mali, pero se ha expandido rápidamente a Burkina Faso y Níger, con la llegada de efectivos militares, cooperación económica y la construcción de centrales nucleares.
La lucha contra la inseguridad es uno de los principales objetivos de las juntas militares y la base sobre la que cimentan su legitimidad en el poder. En marzo de 2024, la organización anunció la creación de una fuerza militar conjunta para combatir el yihadismo en la región, y en mayo realizaron ejercicios militares conjuntos con la participación adicional de Togo y Chad. Cabe destacar que, en el contexto de la batalla de Tinzaouaten, en la que tanto el gobierno maliense como la compañía de seguridad privada rusa Wagner sufrieron importantes bajas, los gobiernos de Mali y Burkina Faso respondieron posteriormente enviando drones al terreno. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos militares, la adquisición de armamento y el despliegue de efectivos, no se han logrado avances significativos en la lucha contra el yihadismo en la región. La salida de Naciones Unidas del territorio maliense desencadenó una guerra en el norte del país entre grupos yihadistas, rebeldes tuareg y el ejército maliense.
En Níger, que se consideraba un alumno aventajado en la lucha contra la inseguridad, la situación ha empeorado, y en Burkina Faso han aumentado los ataques yihadistas, en un país que ya figuraba entre los tres más afectados por esta problemática. Los países del Golfo de Guinea observan esta situación con preocupación, ya que el descontrol de la situación de seguridad en el Sahel repercute directamente en su propia estabilidad.
En el ámbito económico, se han logrado importantes avances en la integración, con reuniones de los ministros de economía, industria y comercio. El objetivo de la Alianza es el desarrollo y la independencia económica de los países que la integran. En diciembre de 2023, se anunció la creación de un banco de inversiones conjunto y el establecimiento de un comité para la unión económica y monetaria. La idea de abandonar el franco CFA, visto como una herramienta de dominación colonial, ha sido planteada en numerosas ocasiones. Sin embargo, esta sería una cuestión de gran complejidad debido a la delicada situación económica que atraviesan los países del Sahel, lo que genera incertidumbre sobre las posibles consecuencias de esta decisión.
Actualmente, la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel busca seguir profundizando en su cooperación. El 15 de septiembre se anunció la creación de un pasaporte biométrico, con el objetivo de aumentar la seguridad y facilitar la movilidad. La organización ha dado pasos muy rápidos hacia la integración, y se ha mencionado que su objetivo final es la federación, esta situación podría materializarse si las juntas militares continúan con la misma línea política.