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Níger: incógnitas en una crisis sin resolver

En el primer resumen vimos que el primer día de golpe de Estado transcurrió en un ambiente de calma tensa. La capital vivía un ambiente de normalidad mientras toda la tensión se acumulaba en el palacio presidencial donde la Guardia Presidencial retenía al presidente democráticamente elegido de Níger, Mohamed Bazoum.  La única información disponible era que se trataba de un motín palaciego y parecía prematuro hablar de golpe de Estado, mientras que en las calles había concentraciones de apoyo al presidente.

En el segundo resumen recogimos las novedades de última hora del miércoles, cuando cerca de la medianoche apareció en televisión un grupo de militares golpistas que transmitieron su mensaje al país vía un portavoz. Sólo entonces quedó confirmado que se trataba efectivamente de un golpe de Estado.

Tras el mensaje de la junta del miércoles 27 por la noche, el Estado Mayor de los Ejércitos de Níger emitió el jueves 28 un comunicado donde anunciaba que su prioridad seguía siendo la lucha contra los “grupos armados terroristas” y las “organizaciones de crimen organizado”, declinando por tanto intervenir para parar el golpe. Una intervención que se había esperado en vano el primer día y que en el comunicado se decía que no se había efectuado para evitar un baño de sangre.

En la tarde del jueves 28 se produjeron concentraciones de apoyo al golpe, incluso en los mismos espacios frente a la Asamblea Nacional que el día anterior había acogido tímidas manifestaciones de apoyo al gobierno. Pudieron verse esta vez banderas de Rusia y carteles de rechazo a Francia Esos mensajes no necesariamente tienen que representar los valores políticos de la junta golpista pero alimentaron las especulaciones sobre la orientación de los golpistas y la participación de Rusia y el Grupo Wagner. Especulaciones que se nutrían del “pánico a Wagner” que impregna las crónicas periodistas occidentales.

Las concentraciones de apoyo a la junta golpista derivaron en actos violentos contra la sede del partido del gobierno elegido democráticamente, el Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo, que al parecer sufrió saqueos y un incendio. Vehículos en la calle también terminaron ardiendo. Y hubo agresiones de turbas contra políticos. Esas masas y esa virulencia no estuvieron en absoluto presentes el primer día, donde Niamey vivió una aparente normalidad.

Tanto el primer día como el segundo día de crisis quedó la duda sobre quién estaba al mando del golpe. Los periodistas mejor informados hablaban de incertidumbre y confusión para describir la situación general de Níger. Las dudas quedaron despejadas hoy viernes 28 con el mensaje lanzado a Níger por el general Abdourahamane Tchiani, que emerge como líder del llamado Comité Nacional para la Salvaguarda de la Patria. El general Tchiani lidera la Guardia Presidencial desde 2011 y ascendió al empleo de general en 2018, siendo presidente Mahamadou Issoufou. Precisamente, el ahora depuesto presidente Mohamed Bazoum pretendía introducir cambios en la Guardia Presidencial, que consideraba llena de personajes demasiado vinculados al anterior presidente. Esos cambios habrían motivado a Tchiani a actuar. En su alocución, el jefe de la junta militar se refirió al deterioro de la situación de seguridad en el país. Y condenó medidas que habría tomado el gobierno elegido democráticamente, como la liberación de yihadistas o la negativa de colaborar estrechamente con las juntas militares de Mali y Burkina Faso.

El general general Abdourahamane Tchiani en la televisión de Níger.

La aparición pública de una figura de liderazgo dentro de la junta militar no aclara las dudas surgidas desde el comienzo de la crisis en Níger, que arrancó como un motín de la guardia presidencial que había retenido al presidente Bazoum sin que trascendiera agenda política alguna. La suerte de Bazoum, por cierto, sigue siendo una de las incógnitas de la presente crisis.

La aparición del general Tchiani 48 horas después de las primeras noticias sobre un bloqueo del palacio presidencial permite sospechar de la existencia de toda clase de negociaciones entre la cúpula militar nigerina. Al fin y al cabo, la junta militar que emitió el primer comunicado el miércoles por la noche incluye miembros del ejército, fuerza aérea, Guardia Nacional, Gendarmería, Policía Nacional y bomberos. Así que cabe preguntarse si la Guardia Presidencial simplemente fue el brazo ejecutor de un plan impulsado por otras figuras de poder.

La principal duda de la comunidad internacional parece ser qué posición adoptará la junta, si finalmente se consolida en el poder, respecto a Estados Unidos, la Unión Europea y Francia. Tres actores internacionales que, como hemos visto en el hilo que hemos dedicado en Twitter a la presente crisis, han condenado el golpe. Los antecedentes de República Centroafricana, Mali y Burkina Faso rompiendo sus relaciones militares con Francia para además adoptar una relación privilegiada con Rusia en los dos primeros casos están en mente de todos. Hasta ahora, no hay ningún indicio relevante que permita anticipar cuál es la postura en política exterior de la junta.

La preocupación en Estados Unidos, la Unión Europea y Francia es que, precisamente tras los problemas con Mali y Burkina Faso, las estrategias de esos tres actores para el Sahel pasaban por utilizar Níger como base de operaciones. Tal como vimos, anteriormente en OSINT Sahel, Estados Unidos emplea sus drones desde una base en Níger, donde además están ubicados los aviones y helicópteros de empresas contratistas que apoyan su presencia en la región (véase “Níger, base de operaciones áreas de contratistas estadounidenses en el Sahel”). Por su parte, la Unión Europea también tiene varios programas en Níger. Desde febrero de 2022 cuenta con una misión militar denominada European Union Military Partnership Mission. En el documento “Holistic Strategic Review of EUTM Mali and EUCAP Sahel Mali 2022” de mayo de 2022 se planteaba el despliegue de una misión en Níger, en una clara búsqueda de alternativas a Mali. Más recientemente, Josep Borrell, alto representante de la UE para Política Exterior y Política de Seguridad visitó el país en un viaje donde se prometió un paquete de ayuda de 66 millones.

Imagen: Le Figaro.

Sólo si se confirmara que la junta militar se convierte en el gobierno de facto y que además tomara una postura hostil hacia los países occidentales nos encontraríamos con una situación bastante delicada para Occidente. El mapa de bases francesas en la región nos permite ver que Francia podría replegarse a Chad pero sería la muerte definitiva del G5, el grupo de 5 países del Sahel. La importancia de Mauritania y Senegal aumentaría para Occidente, pero tendríamos un bloque hostil que suma una extensión considerable en África Occidental.

Cabe destacar que para Francia, el golpe no es “definitivo”. Un comunicado del ministerio de Asuntos Exteriores se refería al presidente Mohamed Bazoum, “elegido democráticamente por el pueblo”,  como el “único Presidente de la República”. Además, establecía que “Francia no reconoce a las autoridades surgidas del golpe de Estado”. Mientras tanto, el presidente de Benín, Patrice Talon, al que el presidente de Nigeria, en su calidad de presidente por turnos de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDAO), le había encomendado hacer de mediador, declaró que “Todos los medios serán usados, si es necesario, para restaurar el orden constitucional en Níger”, aunque añadió que “idealmente debería hacerse en paz y harmonía”. Que Francia y la CEDAO no reconozcan el gobierno de facto abre la puerta para una acción de fuerza en defensa del presidente legítimo. Pero según pasen los días es muy probable que se tome una actitud prudente ante los hechos consumados.

El papel clave de Níger en la estrategia de EE.UU., la UE y Francia en el Sahel supone una baza para la junta militar. Así, de momento, no hemos visto la aplicación inmediata de sanciones y el congelamiento de ayuda, precisamente porque se mantiene una posición de no aceptación de hechos consumados. El comunicado de la oficina del Alto Representante de la UE para  Asuntos Exteriores y Política de Seguridad dice “Cualquier ruptura del orden constitucional tendrá consecuencias para la cooperación entre la UE y Níger, incluida la suspensión inmediata de todo apoyo presupuestario”. Si en Níger la situación sobre el terreno permanece inalterada, la Unión Europea se verá ante el dilema de cumplir las amenazas lanzadas.

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