Una vez consolidada la presencia rusa en África, ofreciendo apoyo diplomático y ayuda militar a juntas militares en entredicho, el siguiente objetivo para Moscú es lograr réditos económicos. Para ello, empresas rusas se han introducido en el sector minero, explotando diamantes en República Centroafricana y oro en Sudán y Mali. En el caso de Mali, los intereses rusos han puesto su punto de mira en un complejo minero cuya concesión está en manos de una empresa canadiense. La partida para desalojar acaba de empezar.
La publicación Africa Defense Forum (ADF), que edita el mando regional estadounidense para África (AFRICOM), informó a comienzos de abril sobre una campaña para aumentar el control ruso de las minas en Mali. El 9 de febrero de 2024 personal ruso habría llegado mediante helicóptero a la localidad de Intahaka (en) para expulsar a un grupo tuareg local y apoderarse de la mina de oro artesanal más grande de Mali. En los últimos años esa mina había cambiado de manos sucesivamente entre fuerzas gubernamentales y los grupos armados yihadistas.
Según ADF, a pesar de las presiones rusas, la junta militar de Mali es reacia a entregar el control de la riqueza minera del país a los intereses de Moscú. Sin embargo, las dificultades financieras sufridas por Mali por culpa de las sanciones regionales habrían llevado a permitir el control ruso de un número creciente de minas de oro. Así, a principios de 2023 el Grupo Wagner habría tomado el control de al menos tres minas ubicadas en Balandougou Koyoko y Yanfolila. Según ADF, el siguiente objetivo ruso es tomar el control de las minas del complejo Loulo-Gounkoto.
El complejo de Loulo-Gounkoto están formado por varios yacimientos de oro cercanos a la frontera de Mali con Senegal. Y está entre las diez minas de mayor producción de oro del mundo, con una producción anual por encima del medio millón de onzas. Algunos de esos yacimientos, empezó a ser explotado en febrero de 2024. Mientras que está previsto el comienzo de la explotación de otros dos en 2027 y 2029. La existencia de esos yacimientos prolongará la vida productiva del complejo minero hasta 2037.
Una sociedad es la encargada de la explotación de las minas de Loulo y otra de las minas en Gounkoto. En ambos casos, la empresa canadiense Barrick Gold es propietaria del 80% y el 20% restante es propiedad del Estado de Mali. Pero este reparto resulta insatisfactorio para la junta militar, que en agosto de 2023 introdujo una ley que aumentó la participación estatal en proyectos mineros al 35%, eliminó ciertas exenciones fiscales y realizó una auditoría al sector. El aumento de la participación del Estado parece ser que sólo se aplicaría a nuevos proyectos. Pero la auditoría estableció la existencia de unos pagos pendientes de carácter millonario.
Ante la presión externa, la empresa canadiense Barrick Gold enfatizó en enero de 2024 los beneficios retornados a Mali en forma de impuestos, pagos de derechos y salarios por la explotación de ambas minas en un comunicado del CEO y presidente de la empresa, Mark Bristow. Según la empresa, el complejo minero sería el responsable de entre el 5 y el 10 por ciento del Producto Nacional Bruto de Mali. El comunicado destacó también que la gestión local del complejo Loulo-Gounkoto está en manos de empleados malienses o las inversiones en infraestructuras en beneficio de las comunidades locales y respetuosas con el medio ambiente, como una planta fotovoltaica o una red de canalización de agua. Nuevamente, en marzo de 2024, la empresa destacó en otro comunicado las perspectivas positivas para el complejo minero de Loulo-Gounkoto y los acuerdos firmados con subcontratistas locales.
La presión sobre Barrick Gold fue recogida a mediados de abril por la prensa canadiense, mencionando explícitamente al reportaje de ADF. Desde Canadá se informó que Barrick Gold está en desacuerdo con los resultados de la auditoría, que establece pagos atrasados de carácter millonario. La situación de incertidumbre habría llevado a Mark Bristow, CEO de Barrick Gold, a visitar Mali al menos dos veces desde finales de enero.
Los distintos medios, tanto generalistas canadienses como especializados en el sector minero, recogen que el objetivo último de la junta militar de Mali es expropiar el complejo minero de Loulo-Gounkoto en perjuicio de la concesionaria Barrick Gold. La razón que lo está frenando una medida así que es la transición provocaría un “colapso” de la producción.