Las relaciones entre la Unión Europea y la región del Sahel han sufrido importantes cambios en los últimos años. Una de las muestras más importantes es la incapacidad de los 27 estados miembros para ponerse de acuerdo en prorrogar la Misión de Estabilización de la Unión Europea en Mali (EUTM).
Por ello la misión no continuará más allá del 18 de mayo, cuando acaba su mandato actual. Uno de los votos en contra ha sido el de Francia, un país que ha visto notablemente disminuida su influencia en la región.
La EUTM Mali era una de los pilares sobre los que se cimentaba la presencia de la Unión Europea en la región. El objetivo de la misma era la capacitación de las fuerzas armadas malienses en la lucha contra la inseguridad en el país. En esta misión los efectivos de la Unión Europea no entraban en combate pero contaba con una amplia participación de los países miembros que ha llegado a contar con un millar de efectivos. Su retirada muestra el cambio de paradigma regional y la nueva ventana de oportunidad para la entrada de nuevos actores.
La misión ya se encontraba en retirada ya que actualmente solo cuenta con 160 efectivos. Desde la retirada de la francesa Operación Barkhane, la misión de la Unión Europea siguió un camino parecido ya que numerosos países europeos aseguraban que había numerosas dificultades para trabajar con la junta militar maliense.
La Unión Europea posee numerosos intereses en el Sahel tanto a nivel político, securitario y económico. En este ámbito es importante destacar que los estados miembros poseen políticas en el Sahel al margen de la Unión Europea.
A nivel político una de las cuestiones que más preocupan a la Unión Europea es la migración. La situación de inseguridad en el Sahel ha jugado un papel fundamental en el aumento de la migración.
Al mismo tiempo la guerra entre Estados, grupos de seguridad privada, rebeldes independentistas y grupos yihadistas hace muy difícil el desarrollo económico y la creación de expectativas de futuro para la población joven. Los países del Sahel han sido históricamente territorio de tránsito y actualmente pasan dos principales rutas migratorias para llegar a Europa, las que tienen como objetivo el norte de África y la que tiene como objetivo África Occidental.
En los últimos años se ha logrado bloquear parcialmente pero esto ha tenido como resultado que la migración se haya movido a África Occidental y salga por países como Mauritania y Senegal. La Unión Europea ha tratado de frenar esta situación creando acuerdos de cooperación con Mauritania y Senegal para que controlen los barcos. El acuerdo con Mauritania alcanzó los 200 millones de euros pero si la situación en el Sahel continúa deteriorándose la migración no hará más que aumentar.
En este punto la Unión Europea se encuentra ante un dilema. Las juntas militares han demostrado ser unos socios complicados pero parece que estas juntas van a mantenerse en el tiempo y forman parte de un cambio geopolítico por lo que será necesario trabajar con ellas de algún modo para conservar sus intereses.
No obstante, también hay que destacar que la animadversión de las juntas militares no se ha extendido tanto a los demás países europeos pero sí que estamos pudiendo observar como en Níger el rechazo está permeando hacia Estados Unidos.
Las relaciones entre la Unión Europea y el Sahel han sido una de las cuestiones que más han atraído la atención. En este ámbito se han sufrido cambios importantes como la retirada de la Operación Barkhane, la MINUSMA, la EUTM Mali y la salida de las juntas militares del G5 Sahel y la CEDEAO. La Unión Europea tenía una presencia importante en este aspecto, lo cual era una de sus principales armas de poder duro pero actualmente está teniendo cada vez más competidores como Rusia y Turquía.
En esta cuestión ha sido de vital importancia el precedente que sentó Mali ya que fue el primer país del Sahel en mostrarse contrario a la presencia europea en su territorio y favorable a la rusa. Burkina Faso y Mali siguieron el mismo proceso con mucha más rapidez. Para hacernos una idea, la junta militar de Níger rechazó los acuerdos de militares con la UE sólo cinco meses después de haber llegado al poder. Se revocó la Misión de Asociación Militar de la UE en Níger que había sido lanzada en febrero de 2022, Misión de Fomento Civil de la UE creada en 2022.
La región saheliana es de vital importancia para la Unión Europea ya que allí se encuentra la latente amenaza del yihadismo y es el corredor por el que la droga procedente de Latinoamérica llega a Europa. Sin embargo, vendió las misiones de seguridad como la solución al yihadismo pero este no solo no ha desaparecido sino que ha ido en aumento. En este ámbito destaca Burkina Faso ya que en el Global Terror Index de 2024 ha pasado a ser el país del mundo más afectado por ataques yihadistas.
Al mismo tiempo el nivel de implicación en estas misiones de seguridad crean divisiones dentro de la Unión. Las misiones de seguridad son una apuesta compleja a nivel estratégico y que suponen una gran inversión de recursos para que estas sean exitosas. La cuestión es que diversos estados miembros se mostraban reticentes a mandar efectivos que podían morir sobre el terreno o a destinar importantes cantidades de recursos a una región que ocupa un lugar secundario en sus intereses. Por ello y debido a la complejidad del problema la Unión Europea no ha sido capaz de garantizar la seguridad en el país.
Las juntas militares llegaron al poder lastimándose en la incapacidad del gobierno del momento para dar estabilidad al país y una de sus primeras actuaciones fue expulsar a las misiones occidentales de su territorio y traer otras nuevas. No obstante, estas tampoco están funcionando y la inseguridad está aumentando en Mali, Níger y Burkina Faso. El aumento de la presencia rusa en el Sahel ha causado una gran preocupación debido a que en el marco actual en el que la Unión apoya a Ucrania en la guerra que sostiene contra Rusia es muy perjudicial que el Kremlin se haya posicionado en una región tan sensible para los intereses europeos.
En este ámbito la Unión Europea parece haber dado por perdida la influencia en el Sahel en materia de seguridad y busca mantener y aumentar su presencia en otros ámbitos. Esto se pudo ver en la cumbre África-Unión Europea del año 2022 en las que los estados miembros prometieron 150 mil millones de euros para inversiones en energía, transporte, infraestructura digital, salud y educación durante los próximos siete años. No obstante, en la cuestión energética parece que Rusia se ha adelantado a la Unión ya que ha firmado la construcción de centrales nucleares en países como Burkina Faso.
La Unión Europea ha tenido una presencia importante en la región del Sahel ya que es una región de vital importancia para sus intereses. Las fronteras migratorias se habían deslocalizado a esta región al mismo tiempo que la extracción de recursos y la protección de amenazas externas. Esta barrera que la organización había instaurado en los países del Sahel se ha visto especialmente afectada con el auge de juntas militares más proclives a alianzas con otros actores. La presencia de juntas militares en Mali, Níger y Burkina Faso es parte de un proceso más complejo de cambio geopolítico en el que el continente africano está jugando un papel crucial. En este ámbito la Unión Europea busca un cambio en su estrategia que concuerde con la narrativa para África que ha seguido durante décadas.