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El ultimátum lanzado a la junta militar de Níger, un desafío para Nigeria.

El domingo 30 de julio tuvo lugar en la villa presidencia de Abuja (Nigeria) una cumbre de emergencia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO, también conocida como ECOWAS por sus siglas en ingles) que contó con la presencia de jefes de Estado y de gobierno de la región. La agenda principal de la reunión fue el golpe de Estado sucedido en Níger el día 26 de julio y del que le hemos estado informando en OSINT Sahel con un seguimiento diario en Twitter y resúmenes en nuestra página web. La cumbre tuvo lugar en Nigeria porque en este país recae la presidencia temporal y rotativa de la organización regional.

El presidente nigeriano Bola Ahmed Tinubu ejerció de anfitrión en una cumbre que contó con la presencia de los presidentes de Benín, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Senegal y Togo, además de los ministros de Asuntos Exteriores de Cabo Verde y Liberia. Asistieron también un representante del presidente democráticamente elegido de Níger y el Alto Comisionado de Sierra Leona ante la República de Nigeria y la CEDEAO.

La cumbre finalizó con la publicación de un comunicado final que condena el golpe de Estado “en sus más fuertes términos” y recordando “el principio de tolerancia cero para cambios de gobierno inconstitucionales”. La parte más relevante del comunicado es el apartado F del punto noveno en el que se advierte que si no se libera al presidente Bazoum y se restaura completamente el orden constitucional de la República de Níger en el plazo de una semana la CEDEAO se reserva tomar “todas las medidas necesarias”. Esto significa que la CEDEAO estaría dispuesta a intervenir militarmente en Níger para derrocar a la junta militar y restaurar la democracia. El llamamiento a una reunión de los jefes de estado mayor de las fuerzas armadas de los países de la CEDEAO despeja las dudas sobre los términos del comunicado final. Esa reunión se convocó en Abuja entre los días 2 a 4 de agosto.

El ultimátum de una semana dado por la CEDEAO a la junta militar golpista en Níger fue acompañado por diversas iniciativas diplomáticas. Así, el lunes 31 de julio, Mahamat Idriss Déby Itno, líder de Chad, actuando como emisario de la CEDEAO visitó Niamey donde se entrevistó con el líder de la junta militar golpista, el actual presidente democráticamente elegido y el anterior presidente democráticamente elegido. La foto compartida en redes sociales del presidente Mohamed Bazoum se convirtió en la primera prueba de vida después del golpe de Estado.

La respuesta de la junta militar golpista de Níger, el Comité Nacional de Salvaguarda de la Patria, se dio a conocer a través de su comunicado nº10 donde se hablaba de un “plan de agresión contra Níger” en el que participarían “ciertos países occidentales” y ante el que mostraba “la firma determinación a defender nuestra patria”.

La posibilidad de una intervención militar de la CEDEAO en Níger no sería un fenómeno completamente novedoso. En los años 90, el Grupo de Monitorización de la CEDEAO (ECOMOG por sus siglas en inglés) realizó operaciones militares de estabilización en los conflictos armados Sierra Leona (1997) y Guinea-Bissau (1999). Además, la CEDEAO realizó una misión de paz en Liberia (ECOMIL en inglés) en 2003 para expulsar a los rebeldes de la capital del país. Níger y Nigeria son países fronterizos, así que la posibilidad de una operación militar liderada por Nigeria es posible ya que hay una continuidad territorial y una importante asimetría en medios militares a favor de Nigeria.

Imágenes de archivo de la llegada de fuerzas de paz nigerianas a la capital de Liberia en 2003.

El ultimátum lanzado por la CEDEAO fue respondido desde las juntas militares de Mali, Burkina Faso y Guinea-Conakry con mensajes de apoyo a la junta militar de Níger. En el caso de las juntas militares de Mali y Burkina Faso, expresan además la voluntad de acudir a defender a la nueva junta militar de Níger en caso de intervención multinacional de la CEDEAO afirmando que “toda intervención militar contra Níger se asimilaría a una declaración de guerra contra Burkina y Mali”.  

Esto supone en la práctica una fractura de la organización regional en dos bloques, con la aparición de un bloque disidente formado exclusivamente por cuatro juntas militares. Así, los últimos días ha habido diversos viajes de representantes de la junta militar de Níger a Mali y Burkina Faso que explicaremos en una próxima ocasión en OSINT Sahel, ya que ha sido posible seguirlos por fuentes abiertas.

Acompañando al ultimátum que termina el próximo domingo, los países de la CEDEAO han tomado medidas económicas contra la junta militar golpista de Níger, que recordemos es uno de los países más pobres de África. La dependencia de Níger de la ayuda internacional y los préstamos internacionales de instituciones como el Banco Mundial es alta y podía suponer un mecanismo de presión sobre la junta militar. Los primeros efectos de las sanciones aplicadas parece que han empezado a notarse en la disponibilidad de liquidez en los cajeros automáticos y en la falta de suministro eléctrico. Aunque desde Níger se informa que la presión internacional sólo ha servido de momento para galvanizar a la población en apoyo de la junta militar.

Mientras tanto, transcurren los días hasta el término del ultimátum que coloca a Nigeria en una delicada situación, ya que su credibilidad y prestigio como potencia regional está en juego. Una intervención militar fallida con numerosas víctimas civiles o el agotamiento del ultimátum sin consecuencias podría dañar seriamente la posición de Nigeria no sólo en África Occidental, sino en todo el continente.

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