El pasado domingo 23 de abril las fuerzas armadas españolas llevaron a cabo una operación de evacuación de civiles en Jartum (Sudán), lo que se conoce en términos militares como Noncombatant Evacuation Operations (NEO). El país saheliano vive un conflicto armado desde el sábado 15 de abril, cuando las tensiones provocadas por la rivalidad entre el número uno y el número dos de la junta militar que gobierna el país desde 2021 se transformaron en un choque abierto en varias ciudades del país. La operación militar española se suma a la de otros países aliados y deja detrás un panorama preocupante por el riesgo de que la situación en Sudán se transforme en una guerra civil prolongada y alimentada por actores externos.
Sudán vivió una ola de protestas entre finales de 2018 y comienzos de 2019 que terminó el 11 de abril de 2019 con la caída del dictador Omar Al Bashir, que había gobernado el país por varias décadas. Se abrió entonces un periodo de transición hacia la democracia.
Sin embargo, el proceso de transición se vio abruptamente interrumpido por un golpe de estado liderado por el general Al Burhan el 25 de octubre de 2021. La nueva junta militar se convirtió en un gobierno bicéfalo. El presidente del país, el general Abdel Fattah Al-Burhan, nacido al norte de la capital, representa a las élites tradicionales sudanesas. Por su parte, el vicepresidente, el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido popularmente como “Hemeti”, procede del suroeste del país y era por tanto ajeno a los círculos de poder tradicionales. “Hemeti” lideró las milicias yanyauid, en las que el régimen de Al-Bashir delegó el trabajo sucio durante el conflicto del Darfur. Esas milicias se reconvirtieron en una fuerza paramilitar conocida como Fuerzas de Apoyo Rápidas (RSF en inglés).
En los últimos años “Hemeti” trató de elevar su papel de estadista, tratando de mejorar su imagen ante los gobiernos occidentales mientras se convertía en el socio de los intereses mineros rusos en Sudán. Sus abiertas ambiciones y el complicado acomodo de las Fuerzas de Apoyo Rápidas dentro de las fuerzas de seguridad del Estado auguraban un choque entre el presidente Al-Burhan y el vicepresidente Hemeti.
El domingo 23 de abril las Fuerzas de Apoyo Rápidas se congregaron en la capital del país y trataron de tomar los edificios más importantes, como el palacio presidencial. La acción se convirtió en un fallido golpe de estado, con sectores de Jartum en manos del ejército y sectores de Jartum en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápidas. Los combates se extendieron a otras partes del país, convirtiendo a la población civil en rehén de la batalla por el poder entre los dos generales.
Tras una semana de combates y una enorme confusión, los países occidentales lanzaron sucesivas operaciones de rescate para evacuar a sus nacionales. La operación española tuvo lugar el domingo 23 de abril. Implicó a cinco aviones de transporte estratégico Airbus A400M del Ala 31 con base en Zaragoza (matrículas T.23-03, T.23-05, T.23-06, T.23-08 y T.23-12).
Según informó Fauerzaesp en su canal de Telegram, los aviones trasladaron efectivos del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra, I Bandera Paracaidista (I BPAC) y Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército del Aire y del Espacio. La atención médica corrió a cargo del personal de la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) del Ejército del Aire y del Espacio. Participaron también especialistas en comunicaciones del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE), que depende del Estado Mayor de la Defensa. Una vez los civiles evacuados llegaron a Yibuti, fueron trasladados a España en un Airbus A330 del Grupo 45 (matrícula T.24-01).
Se trató de una operación bastante compleja que pudo ser seguida en redes gracias a que los aviones de transporte A400M del Ala 31 que volaron entre Yibuti y Jartum operaron con el transpondedor encendido y los datos de vuelo fueron recogidos por servicios como FlightRadar24.com De hecho, uno de los Airbus A400M españoles se convirtió en el aparato más seguido por los usuarios de la plataforma en la tarde del día 23 hora española
La operación militar fue capaz de evacuar a una treintena de ciudadanos españoles, pero también a 70 ciudadanos de otros países de la Unión Europea e Hispanoamérica, lo que ha llevado a representantes de Polonia y México a dar las gracias públicamente en las redes sociales.
El alivio por la evacuación sin novedad de los ciudadanos españoles y de países amigos no debe hacernos olvidar que detrás queda una población civil que vio primero sus esperanzas de un cambio político truncadas y ahora se ve atrapada en un conflicto de futuro incierto.